Si leyeron el primer post que escribí sobre la historia de Tetuán recordarán que estamos celebrando 150 años de historia de este barrio madrileño. Tenemos que remontarnos a 1860 para poner una fecha a su nacimiento, concretamente a la vuelta de las tropas de O'Donnell de la guerra de África y a su asentamiento en la Dehesa de Amaniel (pincha AQUÍ si quieres leer sobre este origen). Pero además, en este mismo año de 1860 sucedió algo que influiría sobremanera en el desarrollo del actual Tetuán: se aprobó el Plan de Ensanche de Castro para ampliar nuevos barrios, como el de Salamanca y el de Argüelles. Esto hizo que llegara una primera oleada de inmigrantes a la capital para trabajar en estas obras públicas.
Quienes llegaron se instalaran en el Extrarradio, es decir, en barrios alejados del Ensanche por amplias porciones de tierras de labranza. En su mayor parte trabajaron como jornaleros en las obras del Ensanche o en las industrias que había en Tetuán o en Cuatro Caminos. Se establecieron rápidamente en esta zona, en viviendas desprovistas de los servicios más elementales. Así fue como surgió, entre otros, el barrio de Tetuán, un barrio que, aunque apartado del centro, se hallaba bien comunicado a través de la Carretera Mala de Francia (la actual Bravo Murillo), a cuyos lados se fueron distribuyendo las viviendas.
A pesar de que hoy en día los edificios a lo largo y ancho de Bravo Murillo formen un barrio cohesionado, la realidad es que no fue hasta la los años 30 que se formó un conjunto urbano homogéneo. En realidad, desde la década de 1880, en que la población de Tetuán empezó a crecer a un ritmo acelerado en comparación con otros barrios del Extrarradio, hasta la de 1930, existían dos principales núcleos poblacionales: el de Tetuán (que se extendía a lo largo de la actual Marqués de Viana) y el de Cuatro Caminos. De la expansión de estos dos a lo largo de la Carretera Mala de Francia y de su posterior extensión hacia el Este y el Oeste es que se fue formando el Distrito de Tetuán como lo conocemos hoy en día.
Los pobladores de la primera ola migratoria procedían en su mayoría del campo castellano y de la sierra de Guadarrama, más tarde, en una nueva oleada migratoria vendrían también de Segovia, Guadalajara, Toledo, Ciudad Real y Jaén. Debido a la distancia que había con Madrid, Tetuán mantendría durante mucho tiempo las características de un pueblo castellano con costumbres diferentes.
Hoy os dejo una fotografía de la glorieta de Cuatro Caminos en el año 1912. Ya no queda ninguna de esas viviendas bajitas que encontramos en la fotografía, pero es fácil reconocer la glorieta central, dominada entonces por una pintoresca farola de las que no se ha conservado, que yo sepa, ninguna el barrio (ojalá que sigan en pie en algún sitio de Madrid).
Hoy os dejo una fotografía de la glorieta de Cuatro Caminos en el año 1912. Ya no queda ninguna de esas viviendas bajitas que encontramos en la fotografía, pero es fácil reconocer la glorieta central, dominada entonces por una pintoresca farola de las que no se ha conservado, que yo sepa, ninguna el barrio (ojalá que sigan en pie en algún sitio de Madrid).
Glorieta de Cuatro Caminos en 1912. Foto: Anónimo
Bibliografía:
Gea Ortigas, María Isabel. Historia de los barrios de Madrid: Tetuán. Ed. La Librería: Madrid, 1996.
VVAA. Fotos del Madrid antiguo. Ed. La Librería: Madrid, 1992.
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