Paso el día entero trabajando en internet, recibo unas cuantas llamadas a mi celular, me meto un rato en facebook para "desconectar"... Ya lo ha dejado dicho Manuel Castells: vivimos en una sociedad red. Y yo, como una insignificante araña trabajadora voy tejiendo y tejiendo: contactos, amigos, familia, palabras, cuentas, saber, el día a día.
Si no lo han inventado todavía, les propongo a los psicólogos que sumen a su retahíla de síndromes el "síndrome de Penélope", quien se pasó la vida tejiendo en espera de su amado Ulises. (Vaya, tal y como se me ocurre esta "brillante idea", con la que estaba tan contenta, me atraviesa la cabeza como un rayo la tentación de buscarlo en Google, a ver si existe. En efecto: entradas con "síndrome de Penélope" = 26100.) Al pensar en esas 26100 entradas que Mr. Google ha entrelazado en menos de 1 segundo me mareo, necesito tomar aire, necesito sacar la cabeza de la red en la que, de repente, me siento atrapada.
Miro por la ventana y ahí están los tejados, enredadados, enmarañados. Tergiversados, los tejados de Tetuán. Ellos tampoco se salvan de su red. Los han tejido a conciencia, no vaya a ser que se pongan a soñar y les dé por escapar. ¿Necesitarán también ellos una cura contra el síndrome de Penélope?
Si no lo han inventado todavía, les propongo a los psicólogos que sumen a su retahíla de síndromes el "síndrome de Penélope", quien se pasó la vida tejiendo en espera de su amado Ulises. (Vaya, tal y como se me ocurre esta "brillante idea", con la que estaba tan contenta, me atraviesa la cabeza como un rayo la tentación de buscarlo en Google, a ver si existe. En efecto: entradas con "síndrome de Penélope" = 26100.) Al pensar en esas 26100 entradas que Mr. Google ha entrelazado en menos de 1 segundo me mareo, necesito tomar aire, necesito sacar la cabeza de la red en la que, de repente, me siento atrapada.
Miro por la ventana y ahí están los tejados, enredadados, enmarañados. Tergiversados, los tejados de Tetuán. Ellos tampoco se salvan de su red. Los han tejido a conciencia, no vaya a ser que se pongan a soñar y les dé por escapar. ¿Necesitarán también ellos una cura contra el síndrome de Penélope?
Los tejados tejidos de Tetúan. Foto: BeaBurgos
4 comentarios:
Ahora ya si que funciona, Beatriz.
Me entra la nostalgia cuando veo esos tejaditos del barrio de Tetuan..... tan barrio. Me acuerdo de los paseos que me daba por las callejuelas y las subidas y bajadas, y las tiendas de frutas y verduras. A mi me encantaba.
Enhorabuena y sigue escribiendo.
byyyyeeee :)
Gracias, Laura
Pues me alegra que te gusten los tejados de Tetuán y que te venga la nostalgia... qué malo sería si no sintiésemos nostalgia por los lugares que nos han acogido, ¿verdad?
Y ya que has sido vecina, dime qué te gustaría ver en el blog, voy, le hago una foto y lo cuelgo aquí para seguir alimentando tu nostalgia. Un abrazo!
muy chulo el texto y también la foto...
sigue tejiendo, Aracne, para que Velázquez te pinte.
Besos desde Chamberí
Daniel (Sáez)
Gracias, Anónimo Daniel, por tu comentario. Seguiré tejiendo historias...
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