Foto: Elena Rodríguez Sanz |
BLANCO
Hoy ha amanecido blanco…
Blanco espeso.
El cielo ha bajado a la tierra y su blancura lo ha invadido todo.
Y en medio del blanco, sólo yo, mi nariz, mi taza y unos palmos. Nada más.
No he podido ver más allá.
Un blanco tan denso que lo he sentido en las manos, y en los pulmones al respirar.
Y una especie de paz, como si estuviera fuera del mundo.
Ahí colgada en el blanco del cielo, como un ángel en la gloria.
Lucila Rodríguez Alarcón
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