QUIERO LEER UNA ENTRADA AL AZAR

14 jul 2011

La fauna de Tetuán desde mi balcón

Cuando llega la primavera y el verano nos damos cuenta que hay vida más allá del asfalto, a pesar de que Madrid es una ciudad en la que la presencia del gris cada día es mayor.

Para hacernos la existencia un poco más agradable los madrileños nos esforzamos en mantener verde allá donde podemos y cada día son más los huertos urbanos que proliferan aquí y allá.

Por suerte Madrid es una ciudad llena de balcones, en los que todos los que no podemos contar con un huerto, un patio o una terraza cultivamos hasta el mínimo resquicio. A mí me fascinan los balcones llenos de plantas y flores y hay días que salgo a pasear por Tetuán con el único objetivo de fotografiar aquellos más coloridos.

Pero hay algo que me llama aún más la atención: la fauna de los balcones madrileños, o más bien, todos aquellos bichitos que en cuanto llega el buen tiempo empezamos a descubrir que viven con nosotros.

La llegada de la primavera me sorprendió a principios de mayo con la visita de esta sencilla mariquita. Hay quien dice que están en peligro de extinción.

Mariquita en mi balcón. Foto: BeaBurgos
Algo haré bien cuando me viene a visitar. Soy afortunada.

Desgraciadamente, todos los bichos que me vienen a visitar no son tan lindos como esta. De todos los insectos hay uno que odio: el taladro. Probablemente muchos no sabréis qué es, pero los que tenemos geranios y gitanillas nos pegamos cada año con ellos. Es una auténtica desesperación.

Se trata de una mariposa gris (horrorosa, nada de esas mariposas de colores con alas inmensas) que va depositando unos huevos minúsculos blancos sobre los capullitos de nuestros geranios/gitanillas. Si lo pensamos bien una mariposa no es más que un gusano sin patas y con alas. Pues bien, cuando ese huevo alcanza la madurez (un día o dos le bastan) el gusano es un depredador que devora nuestras flores y utiliza el tallo del geranio como "vivienda" temporal hasta que se convierte en mariposa. Para ello lo taladra (de ahí su nombre) y destroza la planta por completo. El otro día lo pillé en un festín. Miradlo. Hasta tiene el color de lo que se come:

Gusano del taladro. Foto: BeaBurgos
 De todas las criaturitas que visitan mi balcón la que más me gusta es esta con la que os dejo. El otro día colgué en Facebook su foto y ya ha provocado 32 comentarios. De ello he aprendido que no es una "salamandra" (más grande y de otros colores), sino una salamanquesa. Me impresionan sus ojos dorados y sus ventosas en los pies.

Mi salamanquesa. Foto: BeaBurgos
 Dicen que se come a todo bicho viviente. Yo sería feliz con darle de postre al dichoso taladro.

2 comentarios:

Ana Vázquez dijo...

¿Tienes una salamanquesa? Ala!

Anónimo dijo...

con esos gusanos no me extraña que la salamanquesa se de un garbeo por su balcon a la hora de comer