Madrid en bici ¿es posible? En Tetuán es difícil

Varias asociaciones de vecinos de Tetuán y del Barrio del Pilar habían convocado para hoy una marcha ciclista que saldría del Polideportivo Monforte de Lemos y recorrería varias calles del Barrio del Pilar, del distrito de Tetuán y con final en el Parque de Rodríguez Sahagún. ¡Qué bien! Ahora que me han prestado una bici voy a sacarla a pasear y de paso a ver si trabajo los músculos anquilosados de mis pantorrillas.

Allá que me voy con mi bici toda feliz. Sol en Madrid. Vientecito fresco. Primer escollo: las aceras de Tetuán. Son estrechas, las recorren unos pivotes que entorpecen la marcha, en ocasiones cuando atraviesas la calzada la acera no está rebajada (con el consiguiente latigazo en la espalda). Claro que las aceras son para los peatones, así que debo ir por la calzada. Tomo la calzada y ahora me toca decidir: ¿Voy por el carril bus o por el de coches? Empiezo por  el carril bus. Delante de mí para el 124 a recoger gente mientras yo respiro sus humos. No lo puedo adelantar porque el carril bus es tan pequeño que toca aguantarse detrás hasta que terminen de entrar todos los pasajeros. No, mala opción, mejor voy como los coches, al fin y al cabo soy un vehículo con ruedas, ¿no? "Entre los coches" debería titularse este capítulo tercero. Entre los coches me doy cuenta de que no hago más que entorpecer.

Estoy ahora en pleno Bravo Murillo y, a pesar de ser sábado, la calzada está abarrotada. Alguno se ve que tiene prisa porque no deja de pitarme, una furgoneta me adelanta: ¡morena, que xjdlsjgosyh te haría! algo así llego a oir. Vaya, se me quitan las ganas de andar en el tráfico, mejor vuelvo a la acera. A la altura de Marqués de Viana decido volver a la acera. Espero a que la viejita que va delante a 2 por hora se haga a un lado. No quiero pedirle que se aparte porque al fin y al cabo ella circula bien, soy yo la desubicada. Cuando por fin logro pasarla una famila con dos niños, un señor con las bolsas del supermercado y unos adolescentes que caminan pegando saltos son los siguientes obstáculos. No sé quién molesta más a quién, pero intuyo que yo a ellos. Lo juro, no es mi intención, yo tan sólo quiero llegar a Monforte de Lemos.

Cuando ya me doy cuenta de que la situación es demasiado insoportable, decido tomar el metro a la altura de Valdeacederas. Tarda 5 minutos en llegar, cambio en Plaza Castilla con la bici a cuestas, salgo en Begoña (no si al final en lugar de trabajar los muslos y las pantorrillas termino trabajando los bíceps, qué esfuerzo este de cargar la bici en el metro). Por fin llego al polideportivo. Media hora tarde, tendré que buscar al grupo por mi cuenta. Bajo hasta Plaza Castilla, Bravo Murillo, decido cortar por Blanco Argibay para alcanzar al grupo antes de llegar al Parque de Rodríguez Sahagún. Allí los veo: son cientos de ciclistas con música y un tremendo ambiente de fiesta. ¡Por fin! ay, qué alegría me da ver que estamos escoltados por la policía y que al menos ningún coche se atreverá a atropellarnos.

El parque se ha llenado de ciclistas y estamos de fiesta. Ahora me entero para qué se organizó esta marcha: para reivindicar más carriles bicis, para concienciar a la gente de que la bicicleta es una gran alternativa como medio de transporte. Sí, sí, sí, digo yo. En bici recorrería el barrio de una punta a otra en un santiamén. Sería fabuloso. Vale, muy bien, "Madrid en bici es posible", me lo creo, pero hasta que no construyan un carril bici por Bravo Murillo yo no pienso arriesgar mi  pellejo de nuevo.   

Aaron haciendo sus primeros pinitos en bici. Foto: BeaBurgos

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